Los Habladores

Acerca del Autor y del Libro

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David Olguín. Foto: José Jorge Carreón
David Olguín.

David Olguín es uno de los dramaturgos jóvenes más destacados de su generación.

Nace en la Ciudad de México en 1963. Es egresado del Centro Universitario de Teatro (CUT) y de la Facultad de Filosofía y Letras donde cursó la Licenciatura en Legua y Literatura Hispánicas. Cursó una maestría en dirección escénica en la Universidad de Londres.

Ha publicado el ensayo Sábato: ida y vuelta (UAM, 1986), las obras de teatro Bajo Tierra (UNAM, 1992), La Representación (Plaza y Valdés, 1996), La Puerta del Fondo (Ediciones el Milagro, 1997), Dolores o la Felicidad (Ediciones El Milagro, 1998), Belice (2002), Las Cícladas (2002) y La Maizada (2003); además de la novela Amarillo Fúnebre (Joaquín Mortiz, 1999).

Ha puesto en escena "Bajo Tierra", "La Puerta del fondo", "El Tísico", "Dolores o la felicidad", "¿Esto es una Farsa?" (precursora de Los Habladores), obras de su autoría, y "Así que pasen cinco años" de Federico García Lorca, "La Lección de Anatomía" de Larry Tremblay, "El Tesoro Perdido" y "El Atentado" de Jorge Ibargüengoitia. Es autor de una ópera para música de Federico Ibarra.

Su labor docente la ha desempeñado en la Facultad de Filosofía y Letras, el CUT, El Foro. Teatro Contemporáneo, el ITAM y el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha sido becario "Salvador Novo", "Jóvenes Creadores", del Consejo británico y del Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos. Desde 1992 es editor de Ediciones El Milagro y en 1999 ingresó al Sistema Nacional de Creadores de Arte.

En 2006 publica Los Habladores en Editorial Ficticia, son 23 textos que el mismo Olguín nos advierte en el proemio de su libro:

 

“Con el ánimo de contribuir a la reforma de nuestras costumbres, he reunido la presente colección de historias de género baciyelmo. Como el encantado almete que es una cosa y la otra, estos cuentos edificantes pueden ser leídos o hablados, así no limitará su provecho el escaso arraigo que la letra impresa tiene en nuestra República.”

 

La contraportada del libro dice algo así:

 

“A galope entre el cuento y la dramaturgia, Los Habladores de David Olguín son monólogos para ser leídos o interpretados. Así, en un desfile de supuesta gente normal, monstruos de la vida cotidiana, sus personajes –la egresada del colegio de monjas, el vecino que espía tras la ventana, la hacedora de obras de caridad, el extranjero en perpetua extranjería, la sexoadicta, el homófobo, la sumisa, la fea, el narcotraficante, la embarazada, el padre vituperado, el luchador de la vida, el negador de sí mismo, entre otros- alzan la voz para crear con sus pecados, doble moral, lugares comunes y prejuicios, autorretratos costumbristas, complacientes e impúdicos del México del siglo XXI."

 

Contrario a las opiniones del buen maestro Sigmund Freud con respecto a las proyecciones del subconsciente, David Olguín demuestra en este libro que puede apoderarse a nivel molecular de diversas personalidades, algunas oscuras al estilo de un personaje de David Lynch, otras en el límite de la neurosis y el nihilismo bukowskiano.

Conformado por 23 relatos escritos en primera persona y que en opinión del autor siguen el estilo en forma de monólogo del género baciyelmo, el libro Los Habladores muestra a través de textos breves un desfile de protagonistas supuestamente normales, pero que muy fácilmente se convierten a los cuatro o cinco párrafos, en verdaderos monstruos de la vida cotidiana.

Los mexicanos ser un país curioso.

Quién sabe que entender por volcano y por palabra erupción. Como que el Popo no importarles mucho.

Don Goyo arroja cenizas que llegar a la Ciudad de México y allá como si nada. Estar tan acostumbrados a inversión térmica que la gente decir: ¡cayó ceniza... como si en Miami los niños gritaran: ¡Está nevando! Ese espíritu es lo que más me gusta de este país.

Desde joven, cuando vi The night of the iguana, la película de Huston, entendí que acá todo ser distinto, más natural.

Así retrata el autor a un ingenuo gringo en el monólogo Bajo el volcano. Asimismo, Olguín juega con los diversos ambientes de la urbe, dotando a sus personajes de costumbres, profesiones y traumas, que más que una argolla para enlazar el conflicto dramático, parecen mostrar una fascinación por aquellos que se encuentran en temibles microuniversos.

En la historia titulada, irónicamente, El Amor, una mujer que es propietaria de una pollería habla de su fealdad mientras el lector se imagina su bata manchada de sangre y sus botas de hule.

Mientras tanto en el relato titulado This Fucking Country, un corredor de bolsa Yuppie, de esos que en el gobierno de Salinas ganaban en dólares y ahora lo hacen en pesos mexicanos, decide hacer su buena obra del día cuando en un restaurante se encuentra a un viejo compañero de la universidad trabajando de mesero.

En la historia titulada ¿De qué te ríes?, la psicología de los personajes se muestra ampliamente en sus diálogos:

¿Qué pues? ¿Cómo está el hombre?, preguntó el Cochi al apearme de la moto. Bien llega tu brother, le respondí.

¿Y trae la piedra o qué? "Puritito ostión", le dije mientras echaba ojo pa' ver si sus batos no me venadiaban.

Se dio cuenta de mi desconfianza, pero nadie le guachaba la espalda. Le había advertido que era cosa de dos a solas, que fuera armao pues yo haría lo mismo.

Dos narcos frente a frente se tienen respeto, saben que si uno cae es porque el otro pudo más.

Con humor, el propio Olguín afirma en el breve texto de presentación del libro que éste fue escrito con el ánimo de contribuir a la reforma de nuestras costumbres de lectura.

Tal como lo dice la contraportada los autorretratos costumbristas, complacientes e impúdicos del México del siglo XXI, están contenidos en el libro bajo la visión de un autor que valiéndose de sus artes de director escénico y dramaturgo, descubre que tras la comedia siempre se esconde una verdadera tragedia.

Ahora, gracias a la generosidad de Olguín, quien hace algunos ayeres fuera uno de nuestros maestros, El Teatro del Fantasma se encarga de llevar a escena 18 de sus 23 textos, algunos de los cuales David escribió para sus alumnos en El Foro. Teatro Contemporáneo, hace algunos años y que llevó a escena bajo el nombre de ¿Esto es una Farsa?.

Los invitamos a conocer su obra.

Los Habladores. Editorial Ficticia

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